¿Por qué no hablamos de crecimiento?

Gabriela Clivio

Entre las últimas iniciativas legislativas se encuentran, por ejemplo: el reajuste del monto del ingreso mínimo mensual, junto con el aumento del universo de beneficiarios de la asignación familiar y maternal, y la extensión del ingreso mínimo garantizado y subsidio temporal a las micro, pequeñas y medianas empresas. También se ha avanzado en el Proyecto de ley que modifica la Ley de Alcoholes respecto de las sanciones administrativas y se ha promulgado la ley sobre royalty a la minería.

Paralelamente, se vuelve a insistir en una reforma tributaria; el tema de las Isapres sigue en suspenso o sin resolverse, y la discusión sobre las pensiones se centra en la mejora de las mismas, mientras poco se dice del posible recorte a la libertad de elección de los cotizantes. Tema aparte merece el aumento en la tasa de cotización, que es donde realmente estamos al debe desde hace varias décadas.

“Llama la atención la falta de mención a las iniciativas para reactivar el crecimiento entre la batería de propuestas de ley que se están discutiendo”.

El gran tema ausente de todas las discusiones, y el que a mi juicio es el más importante, es cómo reactivamos el crecimiento. ¿Cómo hacemos y qué hacemos para volver a crecer? Es el crecimiento el que, entre otras cosas, nos permitirá como país mejorar el nivel de vida de la población y por supuesto aumentar la recaudación tributaria para financiar gastos permanentes.

Otro tema ausente en las diferentes mesas de diálogo es cómo disminuir el alto nivel de informalidad que presenta la economía en Chile y que, por lo demás, distorsiona las comparaciones con las demás métricas que presentan otras economías caracterizadas por niveles de informalidad mucho menores. Finalmente, otra de las grandes deudas es el proyecto de sala cuna, en momentos en que se habla de las jornadas de teletrabajo decididas de manera unilateral por el trabajador.

Para muestra –como decía mi abuela- basta un botón. La debilidad del consumo ha impactado negativamente la actividad económica. El sector comercio, a modo de ejemplo, profundizó la caída en sus ventas y anota en la actualidad 10 meses seguidos de contracción. De acuerdo con el Índice Mensual de Ventas Diarias del Comercio Minorista, divulgado recientemente por el Banco Central, en medio de los altos niveles de inflación, en el mes de abril, las ventas del comercio minorista cayeron 7,3% frente a igual mes del año pasado.

En marzo, éstas mismas ventas anotaron una caída de 6,8% frente a igual mes del año pasado, mientras que en febrero y enero disminuyeron 4% y 4,9% respectivamente. Finalmente, en diciembre las ventas habían anotado una contracción de 7,3%. Es importante destacar que el Índice de Ventas Diarias del Comercio Minorista (IVDCM) es un indicador nominal elaborado a partir de registros administrativos de las boletas proporcionados por el Servicio de Impuestos internos (SII) e incluyen el total de las transacciones, entre empresas y consumidores finales. Llama la atención la falta de mención a las iniciativas para reactivar el crecimiento entre la batería de propuestas que se están discutiendo.